POESÍA DEL SIGLO XVIII
En la poesía española, en los siglos XVIII, la imitación de los clásicos -grecolatinos o vernáculos- retrocede para dar paso a una lírica creativa.
El poeta practica la escritura como una necesidad personal y no como un ejercicio de retórica. Podrá expresar sentimientos individuales, buscando la originalidad o fingirlos a través de un yo poético.
La poesía se convierte en una causa para el desahogo del poeta, mediante situaciones que, sean o no reales, responderán a inquietudes, obsesiones o fantasmagorías de la conciencia. Podrán expresarse con las formas tradicionales o con nuevas estrofas. El siglo XIX asiste a la eliminación de la métrica clásica y a la adquisición de una libertad formal que no aspira a definirse en una poética convencional. La poesía deja de ser un molde para ser una colección de posibilidades a gusto de su creador.
Los comienzos del siglo XVIII
La poesía del primer tercio del siglo XVIII, continúa con las tendencias de finales del anterior. La huella de Góngora es palpable en numerosos autores que imitan aún su estilo y su técnica. Esta corriente se llama generalmente posbarroca y se observa todavía a mediados del siglo XVIII.
Entre los poetas más nombrados debe recordarse:
a) Al sevillano Gabriel Álvarez de Toledo (1662-1714), por sus sonetos en la línea de Quevedo. Sus poesías fueron editadas en 1744 por Diego Torres Villarroel (1694-1770).
b) Al toledano Eugenio Gerardo Lobo (1679-1750), autor de una poesía festiva y desenfadada, en verso de arte menor. Publicó por primera vez sus obras en 1713.
La poesía rococó es aquella que se impregna de un erotismo tenue y un hedonismo manifiesto. Es un tipo de poesía ilustrada, cultiva los géneros más progresistas que la anacreóntica (características del estilo de las obras del poeta griego Anacreonte).
En esta corriente tenemos a:
a) Alonso Verdugo Castilla, Conde de Torrepalma, (1706-1767), fundador de la Real Academia Española y de la Academia de la Historia. Destacó con poesía de tema mitológico y clásico.
b) José Antonio Porcel (1715-1794), miembro de las mismas academias, que cultivó igualmente la fábula mitológica, aún heredera de la tradición gongorina y garcilasiana.
c) El aragonés Ignacio de Luzán (1702-1754), escribe la Poética (1737), uno de los textos más influyentes de su época, por ser su obra un claro ejemplo de poesía ilustrada. Aunque escrita en prosa, establece una serie de principios para encauzar la literatura posterior en verso: sencillez en la forma, frente a las exuberancias posbarrocas; elevación estilística sin excesos ornamentales; utilidad de los temas tratados, etc. Luzán seguirá los principios horacianos del Arte poética y propondrá una primera reforma de la poesía española, inspirada, aunque no anclada, en las modas francesas que dominan este siglo.
Su práctica poética no está, sin embargo, a la altura de su teórica. Escribió poemas épicos y alegóricos que, pese a mostrar un nuevo enfoque del tema, no ofrecieron modelos de verdadero interés a las generaciones posteriores.
La poesía Ilustrada
En el último tercio del siglo XVIII se difunden las ideas ilustradas. Se ha señalado el lustro de 1774-1779 para centrar sus grandes obras poéticas. No sólo proceden de Francia y de sus filósofos enciclopedistas, también en España las modas italianas y algunas inglesas. La Ilustración española no es sólo un cambio de escuela artística, sino un cambio de cultura, porque trata temas artísticos, científicos, cósmicos filosóficos, sociales o humanitarios y los nombres de Aristóteles o Santo Tomás se verán sustituidos por los de Newton, Galileo o Guttemberg. Se ha criticado el tono prosaico de la producción de estos años.
En esta corriente sobresale:
a) El madrileño Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780), que se considera el primer poeta ilustrado. Cultivó una poesía muy variada: desde los versos frívolos de arte menor -anacreónticas, romances...- hasta sonetos y otras composiciones clásicas. En el Arte de las putas muestra su preocupación social y su realismo ante los problemas de la época. Su hijo Leandro Fernández de Moratín publicó sus obras en 1821.
Saber sin estudiar (Epigrama)
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2528&t=Saber%20sin%20estudiar%20(Epigrama)&p=Nicol%E1s%20Fern%E1ndez%20de%20Morat%EDn&o=Fernando%20Guill%E9n
b) El español coronel José de Cadalso (1741-1782). Para algunos, el primer romántico español. Publicó sus poemas Ocios de mi juventud (1773), con el pseudónimo de José Vázquez. Ofrece una colección de poesías desenfadadas sobre los temas habituales de la anacreóntica: los placeres del campo, el amor, el vino o la amistad, en la línea de la poesía rococó.
La muerte de su amante María Ignacia Ibáñez lo sumió en una crisis de la que brotan sus Noches lúgubres, que algunos críticos consideran prosa poética. Narra en ellas cómo Tediato desentierra el cadáver de su amada y la angustia que le conduce al amor por la humanidad.
c) El español Fray Diego Tadeo González (1733-1794) se le incluye en una Segunda escuela poética salmantina formada por poetas que, como Cadalso, coinciden en algún momento en esa ciudad. Entre sus obras, se destaca el poema didáctico Las edades, donde refleja la teoría geocéntrica del universo. Generalmente, trata el tema bíblico.
d) El fundador de la escuela salmantina fue José Iglesias de la Casa (1748-1791), que escribió una poesía de epigramas en arte menor, con resonancias pastoriles y gusto rococó.
e) El toledano eclesiástico Cándido María Trigueros (1736-1798), publicó sus dos obras El poeta filósofo y El viaje al cielo del poeta filósofo. Pese a su prosaísmo, trató el tema del hombre desde una perspectiva moral, según el Essay on Man de Alexander Pope, demostrando un conocimiento de Newton.
f) Félix María de Samaniego (1745-1801), publicó en 1781 sus Fábulas, en una línea satírica y moral.
g) Tomás de Iriarte (1750-1791) escribe sus Fábulas literarias semejantes a las de Samaniego, con quien mantuvo cierta polémica. También se destaca su poema didáctico La Música y sus Epístolas de tema variado en la línea horaciana.
El burro flautista
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2533&t=El%20burro%20flautista&p=Tom%E1s%20de%20Iriarte&o=Fernando%20Guill%E9n
h) El asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), es la figura más representativa del siglo XVIII español. Socio de las más importantes academias de la época, ministro de Gracia y Justicia y miembro de la Junta Central.
Influyó sobre la escuela salmantina, a cuyos miembros envió su Epístola primera invitándoles a abandonar la poesía amorosa por otra más digna, de tema filosófico o moral.
A Arnesto (fragmentos)
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2532&t=A%20Arnesto%20(fragmentos)&p=Gaspar%20Melchor%20de%20Jovellanos&o=Pedro%20Mar%EDa%20S%E1nchez
i) El poeta italiano Parini, escribe sus Sátiras contra los vicios de las clases altas. Su elegía A la ausencia de Marina y su Epístola desde el Paular son ejemplos de una poesía sentimental, no exenta de cierto aire prerromántico y de las Odas de Fray Luis de León, modelo y maestro de Jovellanos
j) El español Juan Meléndez Valdes (1754-1817) en el poeta por excelencia del XVIII, porque sus poemas ilustran temas amorosos, filosóficos, religiosos -moderadamente ortodoxos en este caso-, sociales, patrióticos y humanos. Con el seudónimo de Batilo escribe sus odas y anacreónticas, de verso, generalmente, heptasílabo y de un erotismo marcado y rococó.
En su epístola El filósofo en el campo, aparecen temas ilustrados como la crítica de la aristocracia, la autenticidad de la vida del campo, la figura de Dios como creador, el progreso social, etc. La Elegía moral A Jovino el melancólico es un magnífico ejemplo de poesía prerromántica por sus tonos tristes y sombríos. El neoclasicismo de Meléndez Valdés se refleja por su conocimiento de Horacio en odas como la IX A la Fortuna.
A unos ojos lindos
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2535&t=A%20unos%20ojos%20lindos&p=Juan%20Mel%E9ndez%20Vald%E9s&o=Fernando%20Guill%E9n
El amor mariposa (Oda Anacreóntica II)
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2534&t=El%20amor%20mariposa%20(Oda%20Anacre%F3ntica%20II)&p=Juan%20Mel%E9ndez%20Vald%E9s&o=Mar%EDa%20%C1ngeles%20Herranz
Fin del Siglo XVIII: Prerrománticos y Neoclásicos
Diez años antes de que termine el siglo XVIII, la poesía ilustrada muestra dos tendencias plenamente desarrolladas: prerromanticismo y neoclasicismo.
Se discute si el primero es un movimiento prerromántico o plenamente romántico. Se define por sus ambientes lúgubres y sombríos, sus temas sentimentales o filantrópicos, su angustia ante la existencia, y su sintaxis peculiar: repeticiones, exclamaciones e interrogaciones retóricas, frases entrecortadas y, en general, por su efectismo.
Como reacción a. desbordamiento de lo sentimental aparece el neoclasicismo, que pretende volver a la mesura y equilibrio clásicos. El rococó fue un intento de restaurar estos ideales.
a) El mejor representante del prerromanticismo es el madrileño Nicasio Álvarez Cienfuegos (1764-1809), su poesía comienza con las composiciones habituales de la lírica rococó, luego aparece la nostalgia como tema y las ideas prerrománticas. En la última década del siglo, trató los temas del recogimiento en la naturaleza, del pacifismo, de la amistad y del amor universal, en poemas como Mi paseo solitario de primavera, que trata el desengaño romántico. Su poema En alabanza de un carpintero llamado Alfonso se considera, quizá exageradamente, un precedente del socialismo español, y su Escuela del sepulcro presenta el desengaño y el nihilismo que desembocará en el Romanticismo pleno de un Espronceda.
b) El poeta más brillante de la poesía neoclásica fue el español Leandro Fernández de Moratín (1760-1828). Como poeta, reflejó la mitología grecolatina como signo de clasicismo. Se caracterizó por las palabras exóticas: galicismos y adjetivos extraños como hondi-tronante, hojoso, retumbante. Entre sus obras se destacan sus sonetos y, entre ellos, los de tema histórico. Cultivó la sátira en la mejor tradición ilustrada y dejó una especie de testamento poético en su Elegía a las Musas.
Los días
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2537&t=Los%20d%EDas&p=Leandro%20Fern%E1ndez%20de%20Morat%EDn&o=Fernando%20Guill%E9n
c) El poeta español Gaspar María de Nava Álvarez, Conde de Noroña (1760-1815), escribió odas y anacreónticas en el más rancio estilo rococó, junto a poesía neoclásica. Sus versiones de poemas árabes o persas preludian el exotismo romántico. A demás, ensayó géneros poco frecuentes, como el poema épico o el pseudo-histórico arabizante.
d) El madrileño Manuel José Quintana (1772-1857), su poesía oscila entre las dos categorías de prerromanticismo y neoclasicismo. Trató los temas patrióticos, sin olvidar otros motivos ilustrados: la historia de España, la invención de la imprenta, la propagación de la vacuna, etc. A demás estudió y editó a los poetas clásicos españoles.
A España, después de la revolución de Marzo.
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2538&t=A%20Espa%F1a,%20despu%E9s%20de%20la%20revoluci%F3n%20de%20marzo&p=Manuel%20Jos%E9%20Quintana&o=Pedro%20Mar%EDa%20S%E1nchez
e) José María Blanco-White (1775-1841) cultivó una poesía espiritual, fruto de una crisis que le lleva al destierro en Inglaterra, donde murió. Destaca Una tormenta nocturna en alta mar, de tonos románticos, o el soneto La revelación interna, de tema teológico.
f) El sacerdote sevillano Alberto Lista (1775-1848) fue maestro de una generación romántica que desembocará en Gustavo Adolfo Bécquer. Su formación -y la que impartió a sus discípulos- fue neoclásica. De sus poemas, destacan los religiosos.
A la amistad
Link
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2539&t=A%20la%20amistad&p=Alberto%20Lista&o=Nuria%20Espert
g) La ilustración española invadió los primeros años del siglo XIX, por eso, uno de los grandes poetas neoclásicos es el catalán Manuel de Cabanyes, que vivió entre 1808 y 1833.